
¿QUÉ HAY DETRÁS DEL AMOR?
Hay muchos tipos de amor, pero cuando hablamos del “AMOR” con mayúsculas nos referimos al amor romántico. Descubrir los misterios del amor nos ha interesado siempre. ¿Existe el amor eterno? ¿Por qué nos enamoramos de la persona equivocada?.Es el sentimiento que más inspira canciones, películas y literatura. Es un fenómeno muy complejo, mezcla de la necesidad de afiliación y el deseo sexual. Sexo y amor a veces se confunden, aunque no son lo mismo, ni van siempre unidos.
LOS MISTERIOS DEL AMOR
¿Quién no ha sentido curiosidad por saber cómo funciona el amor? Influyen múltiples factores para que nos enamoremos: factores culturales, el momento en que nos encontremos y los mecanismos para hacer una selección de la persona objeto de nuestro enamoramiento. La ciencia nos desvela algunos de los misterios del amor.
Tendemos a enamorarnos de personas que nos resulten misteriosas e interesantes, similares a nosotros en varios aspectos y con rasgos físicos bien proporcionados. Por eso nos fijamos en rasgos físicos simétricos y tendemos a hacer cosas que nos asemejen a la persona que queremos que se enamore de nosotros. Nos arreglamos para resultar atractivos y nos empeñamos en mostrar gustos, aficiones y maneras de pensar parecidas para seducir.
LA QUÍMICA DEL ENAMORAMIENTO Y LA PÉRDIDA
La sustancia fundamental para que se genere el amor es la dopamina. El aumento de esa sustancia hace que se disparen emociones de plenitud, euforia y cambios de humor. La dopamina crea una adicción parecida a otras drogas. La cocaína, por ejemplo, activa las mismas zonas del cerebro que activa el amor. Cuando uno está enamorado y se perciben obstáculos se produce el llamado “efecto Romeo y Julieta”. Nuestro cerebro aumenta la dopamina lo que produce distorsión de la realidad y obsesión. Parece que llegamos a la locura. Se activa el sistema de recompensa del cerebro, que es el que motiva a conseguir lo que anhelamos. Cuando nuestro amor es correspondido la droga nos produce una feliz obsesión, pero cuando hay rechazo la obsesión nos produce mucha ansiedad, tristeza, dolor y se vuelve destructiva. Por eso el tratamiento psicológico para el desamor es el mismo que para otra adicción: cortar de raíz. Dejar de recrearnos en lo que nos recuerda a la otra persona.
Tendemos a enamorarnos de personas que nos resulten misteriosas e interesantes, similares a nosotros en varios aspectos y con rasgos físicos bien proporcionados
Otra sustancia importante en el enamoramiento es la noradrenalina. Ésta hace que se centre toda nuestra atención en el objeto amado y recordemos con detalle todos los estímulos novedosos relacionados: su aspecto físico, sus gestos, lo que nos dijo, cómo olía…
Cuando sentimos el rechazo y nos damos cuenta de que la recompensa no llegará los niveles de dopamina descienden hasta que nos rendimos. Entonces aparecen la tristeza y el abatimiento. El cómo gestionemos estas emociones hará que la pérdida sea más o menos dolorosa.
LAS FASES DEL AMOR
El enamoramiento o lujuria
El amor romántico no es igual en todas sus etapas. La primera fase es el enamoramiento. Es la fase de la que hemos hablado anteriormente. Caracterizada por el despliegue hormonal, produce una especie de locura transitoria. Todo es intenso y obsesivo. Tanto es así, que no se puede mantener durante demasiado tiempo. Aunque placentero, hace que gastemos demasiada energía física y psíquica. Si se mantuviera mucho tiempo, no nos podíamos concentrar en cosas como trabajar o criar a nuestros hijos. La fase del enamoramiento se estima que puede durar unos tres meses. Que aparezcan obstáculos o el miedo a la pérdida, puede hacer que esta etapa dure un poco más debido al “efecto Romeo y Julieta”. Está fase, también llamada de lujuria, está muy ligada al deseo sexual.
Etapa de luna de miel
Dura aproximadamente un año. Se caracteriza por la felicidad de haber conseguido la recompensa de tener a la persona amada. Se disfruta del amor y del deseo sexual y se generan sentimientos de pertenencia. También existe un miedo ancestral a perder a nuestra persona amada y se produce una vigilancia de la pareja. Existe un progresivo descubrimiento del otro que nos causa gran placer. A medida que se va descubriendo al otro se va produciendo una adaptación a la pareja. Es el momento de visualizar proyectos comunes.
Etapa del compañerismo
Si se supera la etapa anterior, nos encontramos en una etapa relajada, en la que el amor ha evolucionado hacia la paz de ir cumpliendo proyectos juntos. Se produce una feliz dependencia del otro. Frente al descubrimiento de la etapa anterior, ésta se caracteriza por una fusión. Se crea un fuerte sistema de afiliación.
Se dice que, en nuestra cultura, somos monógamos sucesivos. Esto ocurre cada cuatro años, sin embargo no renunciamos a encontrar una pareja para toda la vida. Así que, si nos va bien, esta etapa puede durar indefinidamente.
Es importante saber en qué etapa nos encontramos. Ir superándolas no es fácil, por eso lo más habitual es tener varias parejas a lo largo de la vida. Si no superamos alguna de las etapas, es porque las expectativas que se generaron al principio no se cumplen o porque no vamos superando los obstáculos que van surgiendo. Conviene no idealizar el amor, porque como todo en la vida, no es perfecto, pero merece la pena vivirlo.