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Para la mayoría de nosotros arrancarse el pelo no resulta placentero, pero hay personas que encuentran cierto placer en arrancarse el pelo hacerlo y se puede convertir en tricotilomanía. Entre un 1% y 2% de la población, y más mujeres que hombres, sufren este trastorno del control de los impulsos. Curiosamente, se estima que un 60% de los casos no está diagnosticado. Consiste en arrancarse el pelo de forma compulsiva hasta producir alopecias notables. Normalmente se arranca del cuero cabelludo, aunque puede ser de cualquier parte del cuerpo (cejas, pubis, piernas, etc...)

Placer al arrancarse el pelo

Lejos de sentir dolor hay personas que sienten placer al arrancarse el pelo y creen que así experimentan un alivio de la ansiedad. Pero arrancarse pelo se acaba convirtiendo en un problema en sí mismo. El ritual de arrancado varía de unas personas a otras. Se pueden pasar desde unos minutos hasta varias horas al día. Con el cabello arrancado se pueden hacer varias cosas, como chuparlo, comérselo (tricofagia) o deshacerse de él haciendo una bolita.

Causas y síntomas de la tricotilomanía

La gente se arranca cabello en respuesta a un estado de ánimo particular. Sienten que el tirón "funciona" para dar un alivio temporal a sus estados emocionales. Los estados de ánimo que suelen desencadenar la conducta son ansiedad, estrés, aburrimiento o ira.

Las personas con este problema a menudo se sienten "extravagantes" o "locos" debido a su conducta y su percepción de la falta de control sobre los impulsos de arrancarse el pelo. Tiene un impacto dramáticamente negativo en la autoestima y el sentido de su propio atractivo.  A menudo las personas con tricotilomanía evitan situaciones sociales porque temen que los demás noten su pérdida de cabello y los juzguen con dureza. Con frecuencia también evitan las citas, porque piensan que podrían descubrir sus clavas a través del escrutinio cercano que las situaciones románticas y sexuales traen. En menor medida, este miedo al escrutinio también podría inhibir la formación de amistades.

Tratamiento de la tricotilomanía

En su fase inicial uno puede parar de hacerlo si se lo propone, pero puede ir a más. Es un trastorno que suele requerir ayuda psicológica, no solo para poder dejar de arrancarse el cabello, sino también para poder abordar otros problemas asociados, como la ansiedad.

El tratamiento suele incluir registros de cada vez que se tira del pelo e identificar en que situaciones se produce. Habrá que analizar cómo comenzó y cuáles son las emociones que suelen disparar la conducta. Se tratarán tanto estas emociones, como la propia conducta de arrancarse cabello. Se dan estrategias para dejar de hacerlo, como conductas incompatibles con tirar y técnicas de relajación.