poner fin terminar una relación pareja larga duración

Terminar una relación de larga duración nunca es sencillo, aunque muchas veces trae alivio cuando finaliza el proceso. Obviamente terminar una relación corta es un proceso diferente a dejar una relación larga: al pasar más tiempo juntos y tener mayor intimidad, el nivel en que se entrelazan ambas vidas hace que sea más difícil separarse. Cuando hay niños o dinero de por medio, o se debe dividir una propiedad, todo se vuelve aún más complicado.

A raíz de ello, hemos decidido unir esfuerzos con nuestros amigos de 2x3.cl para traerte esta guía de cómo manejar la situación para poner fin a una relación de larga duración.

Que tu mensaje quede claro

Algunas veces tu despedida no es una sorpresa, puede que lo hayan conversado desde hace meses. O tal vez tengas tiempo con la idea en mente pero sin decir nada. Lo cierto es que, haya habido advertencias o no, a menos que el final sea de mutuo acuerdo (pocas veces es así), tu anuncio será una sorpresa para tu contraparte y generará una reacción de dolor. Probablemente la primera pregunta que surja sea “¿por qué?”.

Es buena idea que tengas una respuesta preparada para cuando esta pregunta surja. Lo ideal es que hables más acerca de ti y tus sentimientos que acerca del otro y su comportamiento. No te muestres molesto ni señales culpables. En lugar de ello, muéstrate tan calmado como puedas, sé claro, expresa tus motivos en una o dos oraciones.

El peligro es que tu mensaje no sea claro. Si ofreces razones vagas o contradictorias, la persona probablemente se sienta confundida o busque instintivamente vacíos en tus argumentos para presionarte. De la misma forma, si transmites mucha información mientras la otra persona aún está sorprendida, se sobrecargará y no podrá procesar todo lo que dices o escuchará lo que quiera oír en lugar de lo que realmente estés diciendo.

Que tu objetivo quede claro

Esta es la respuesta a las probables preguntas que te harán: ¿qué significa esto? ¿Adónde vamos ahora? ¿Cuáles son los siguientes pasos? Una vez más, lo mejor es organizar tus sentimientos y emociones con anticipación: quieres un divorcio o tal vez quieres separarte para poner tus emociones en orden. Sé honesto y claro incluso si no estás completamente seguro en ese momento.Ahora, si te sientes seguro de qué quiere, dilo procurando no ser cruel pero tampoco evasivo.

Como con tu explicación del por qué, si tu mensaje es vago para evitar lastimar a la otra persona, solo le estarás dando esperanzas donde no las hay o creando confusión y dando pie a que entienda lo que quiere escuchar en vez de lo que estás diciendo.

Que tus reglas queden claras

Esta es la segunda parte de lo que viene después. ¿Nos veremos o hablaremos? ¿Cada cuánto? Si hay niños de por medio, ¿aún llevaremos las cosas como una familia? ¿Cuándo, cómo? Dejar claro lo que quieres y lo que estás dispuesto a permitir o no te permitirá ayudar a la otra persona a entender mejor la situación.

Comienza con tus propias ideas para los próximos pasos y pon tus límites. Lo que estás o no dispuesto a hacer, lo que estás dispuesto o no a negociar. De esta forma evitas que tus emociones te lleven a hacer algo que no quieres.

Controla el contacto

Algunas veces la otra persona se las arregla apareciendo y desapareciendo cada cierto tiempo, pero es más probable que te bombardee con mensajes, llamadas o correos para hacerte cambiar de opinión, obtener información, verte y hablar. Bajo esta lluvia de mensajes es fácil que te sientas frustrado, molesto y abrumado. Para evitarlo, sé proactivo en vez de reactivo. Define tus normas de comunicación y fija límites. Por ejemplo, que no responderás mensajes o que solo hablarás por teléfono a ciertas horas.

Además, debes cumplir con lo que dices. Si no lo haces y eres inconsistente, el peligro es que crees un reforzador intermitente. Si, por ejemplo, dices que no vas a responder mensajes pero repentinamente lo haces porque te sientes solo o un poco arrepentido, la otra persona lo interpretará como que es posible que hayas cambiado de opinión. Esto solo da falsas esperanzas e incentiva a la otra persona a remar en esa dirección una y otra vez. Para evitarlo, es mejor que definas unas normas de contacto para ti mismo que puedas cumplir.

Mantén tu posición pero ten compasión

Debes estar calmado, además de ser claro y consistente, pero eso no significa que tengas que ser insensible. Mantente enfocado en lo que quieres comunicar pero también sé consciente del dolor que estás causando y lo que la otra persona está sintiendo. Normalmente no debes hacer mucho más que dejarle saber a la otra persona que reconoces su dolor, que te gustaría que fuera diferente y que lamentas que se sienta mal. Al mostrar empatía y hacerte responsable por tus acciones a la vez que te mantienes firme y das un mensaje claro, reafirmas la realidad de la situación sin dejar de ser compasivo.

Ten un plan que considere los peores escenarios

Incluso con claridad y firmeza, tu ansiedad puede ocasionar cualquier escenario no deseado: ¿qué tal si...? ¿Será que...? Esto puede crear un espiral que te mantenga en vela toda la noche.

Elimina estos pensamientos diseñando un plan para cada una de estas situaciones que puedan surgir. Piensa, por ejemplo, en qué podrías hacer si la otra persona no quiere dejarte ver a los niños, se aparece en tu trabajo, o si ofende a tu familia y tus amigos. Tal vez tengas que investigar un poco para saber cuáles son las acciones apropiadas, tal vez debas consultarlo con un abogado. Lo que realmente no querrás hacer es no tener un plan. Esto te mantendrá en un espiral y puede hacerte víctima de las acciones y reacciones de la otra persona.

Habla con los niños

Lo ideal es que ambos se sienten con los chicos y les hagan saber de forma calmada lo que está sucediendo. Si esto no es posible, haz lo mejor que puedas por tu parte. Es importante que les des a los niños un par de días para entender lo que está sucediendo, esto les dará la oportunidad de realizar las preguntas que tengan.

¿Qué decirles? Evidentemente cualquier cosa que digas disparará dolor en ellos que tendrán que aprender a manejar con el tiempo. Pero, debido a que sus mundos son más pequeños, los niños no necesitan saberlo todo, sólo lo que cambiará para ellos ahora que no están juntos. Planifica los detalles tanto como puedas y hazles saber si seguirán en la misma escuela o si pasarán el fin de semana con la otra persona.

Evita siempre darles detalles de tus problemas de adulto. Hazles saber que no es su culpa, que son problemas y decisiones de adultos. También hazles saber que aunque las cosas serán difíciles por un tiempo, estás allí para ellos y para ayudarlos a superarlo.

Prepara un pequeño discurso

Tu familia, amigos y compañeros de trabajo van a preguntarte sobre lo sucedido. Decide con anticipación a quién y qué vas a decir. Para los que estén fuera de tu círculo de amigos, ten preparado un pequeño discurso o respuestas rápidas para que no te tomen desprevenido en una fiesta del trabajo.

Considera buscar asistencia profesional

Una sesión de terapia o asesoría con un psicólogo puede proporcionarte un lugar seguro para tener conversaciones profundas acerca de tu relación que te ayuden a sentirte mejor. También te permite asegurarte de transmitir correctamente tu mensaje. Otra de las ventajas es que puedes obtener consejos de cómo manejar la situación con los niños.

Sé claro con el psicólogo respecto al propósito de la consulta. Por ejemplo, no es para trabajar en la relación si no para tener un lugar seguro donde hablar claramente sobre lo que está pasando o hablar sobre cómo ayudar a los niños. También podría ser para determinar en qué punto está la relación o cómo están llevando la separación.

Prepárate para cambios emocionales

Aún dejando claros tus límites y lo que quieres transmitir, es normal que te sientas como en una montaña rusa emocional por un tiempo, ya que estás pasando por un duelo. Aunque la relación haya sido terrible, el terminar un proceso hace que haya dolor, ya que es una situación que necesitas resolver. Así que debes esperar que este tipo de sentimientos surjan. Es normal.

Ayuda para terminar una relación

Este es un gran punto de transición en tu vida, uno que es particularmente difícil atravesar solo. Antes de dar el paso, rodéate de personas con las que te sientas cómodo y que puedan apoyarte. Y si, por alguna razón, careces de personas que te apoyen, considera asistir a terapias por tu cuenta para ayudarte a superar la situación.

En el proceso de terminar una relación no existe forma de evitar el estrés que este cambio produce, pero tu meta final es ser claro, consistente, mantener la calma y ser compasivo.