
El cannabis también es conocido como maría, hierba o marihuana. A pesar de no ser una droga legal en muchos países, su consumo es bastante habitual, sobre todo entre adolescentes. Debido a su extendido uso, frecuentemente se banaliza sobre los efectos del cannabis en el cerebro de un adolescente o se desconocen directamente. Cuando lo consume un adolescente sus efectos en el cerebro pueden ser graves e irreversibles.
Sin embargo, el cannabis o marihuana, es una droga y como tal no es inocua. Aquí te explicamos los efectos del cannabis en el cerebro y la adicción que puede provocar. No frivolices a cerca de las consecuencias de su consumo.
¿Qué efectos puede tener el consumo de cannabis?
En los cursos que imparto de Técnicas de Estudio, siempre dedico un apartado a temas de salud que afectan al estudio, y como no, hablo de los efectos que puede tener el consumo de cannabis. Para que a mis alumnos no les queden dudas les digo: ¿sabéis que fumar hierva os deja tontos? Ellos se suelen quedar atónitos cuando escuchan semejante afirmación. Se lo podría decir más alto, pero no más claro. Ellos normalmente desconocen los efectos del cannabis en el cerebro.
El consumo de cannabis tiene efectos en la estructura y funcionamiento cerebral. La magnitud de estos efectos depende de la persona y la cronicidad de su consumo. Cuando el consumidor es adolescente (lo más habitual), puede producir efectos a largo plazo y ser irreversibles.
En un cerebro en desarrollo tiene efectos a nivel cognitivo, como deterioro de las funciones de atención y memoria, descenso del cociente intelectual de unos 8 puntos y trastornos mentales. El consumo habitual está relacionado con trastornos de ansiedad, depresión y ataques de pánico.
En la revista Schizophrenia Bulletin, aparece publicado en 2016 un estudio en el que los investigadores descubrieron que las personas que consumían más cannabis tenían más probabilidades de ser diagnosticadas de esquizofrenia, que las personas que nunca la habían consumido.
¿Cómo afecta el cannabis al cerebro?
El THC o Tetrahidrocannabinol es el componente psicoactivo más importante del cannabis. Cada vez el porcentaje de THC en la marihuana que se consume hoy en día es más alto. Los efectos del cannabis en el cerebro de un adolescente son debidos principalmente a este componente. En el cerebro existe un receptor llamado CB1 que se activa por cannabinoides como el THC. El CB1 está presente en gran cantidad de terminales axónicos de las neuronas y participa en funciones como las conexiones sinápticas y la plasticidad cerebral. Al generarse la liberación de opioides y dopamina se producen los efectos analgésicos y placenteros que produce la marihuana. Pero el TCH también altera funciones mentales como la memoria y altera el centro de recompensa.
¿Produce adicción la marihuana?
Si bien el cannabis no tiene un poder tan adictivo, como el de otras drogas como la heroína, la cocaína o el alcohol, dependiendo de varios factores, como genéticos, puede generar adicción. También se produce una tolerancia, con lo cual se tiene la necesidad de aumentar la dosis para conseguir los mismos efectos. Aunque la adicción a la marihuana tiene un síndrome de abstinencia que se podría considerar leve se puede decir que es potencialmente adictiva. Los síntomas físicos y psicológicos más habituales tras interrumpir el consumo son ansiedad, irritabilidad, insomnio y pérdida de apetito. Además de su potencial adicción, el consumo habitual y prolongado de cannabis cuando se ha comenzado en la adolescencia predispone al consumo de otras drogas, como la cocaína. Esto es lo que se ha concluido después de varios experimentos con ratones. La razón principal es que se incrementa la necesidad de búsqueda de nuevas sensaciones.
Conclusiones de los efectos del cannabis
El consumo de cannabis tiene múltiples efectos placenteros a corto plazo, pero supone un gran peligro en cerebros en desarrollo, como el de los adolescentes. Aunque no produce síntomas de abstinencia muy importantes sí tiene poder adictivo. Las consecuencias del consumo habitual y prolongado tienen que ver con aumento de la ansiedad, alteraciones en la memoria, dificultad de concentración, e incluso esquizofrenia.Sin embargo, en la edad adulta los efectos pueden ser distintos. Mientras que en los jóvenes afecta negativamente a la memoria y el aprendizaje, en personas mayores tiene efectos positivos. Varios estudios sugieren que podría proteger contra el envejecimiento cerebral y se están analizando sus beneficios en tratamientos contra el cáncer, la epilepsia o el alzheimer.