La agresividad es un conjunto de conductas, fruto de un sentimiento de odio, que busca causar un daño. La agresividad tiene un componente biológico. En los animales suele ser fruto del deseo de conseguir una meta por la fuerza. Las conductas agresivas en los animales se suelen corresponder con tres instintos básicos: el de protección, el de reproducción y el de territorialidad.
En el ser humano, la agresividad es multidimensional y multicausal. La conducta agresiva, generalmente se utiliza para resolver un malestar emocional que no se sabe gestionar de otra forma. Factores sociales, ambientales y abuso de sustancias pueden favorecer las conductas agresivas o violentas. Como ocurre con la ansiedad u otros estados emocionales, hasta cierto punto es normal. Todos podemos ser agresivos en alguna ocasión. Pero a ciertos niveles, se convierte en disfuncional, anormal y generadora de multitud de problemas.
Tipos de agresividad
Verbal: insultos, gritos, acusaciones que buscan hacer sentir mal a alguien
Física: golpes, patadas, empujones, etc…
Sexual: violaciones, caricias no consentidas.
Indirecta: agresividad hacia objetos
Gestual: miradas o gestos violentos
A nivel emocional puede presentarse como rabia o ira, manifestándose sutilmente a través de la expresión facial o gestos o a través de manifestaciones paralingüísticas (tono y volumen de la voz). A nivel cognitivo puede se puede manifestar en ideas destructivas, fantasías criminales o planes intimidatorios.